Comer fritos es peligroso para la salud
Pollo frito, patatas, croquetas, empanadillas, fingers de queso… Todo está delicioso, sí. Pero comer fritos es peligroso para la salud. Es lo primero que hay que dejar claro, ya que está comprobada la relación entre su consumo habitual y unos mayores índices de mortalidad. Así que cuidado.
En un artículo anterior, ya os recomendamos el consumo de agua diario que deberíamos mantener para un estilo de vida mucho más saludable. En esta ocasión, nos gustaría tratar de convenceros de otro hábito que mejorará vuestro día a día: renunciar a las grasas.
¿Sabías que la grasa de los fritos es el secreto de su sabor? Por eso nos resultan tan apetecibles, pese a que estemos ante una técnica de cocina nada saludable ni tampoco recomendable. De hecho, recientemente se ha hecho público un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Iowa y publicado en The MBJ en el que se establece una asociación directa entre el consumo de fritos y la mortalidad, principalmente por problemas de tipo cardiovascular, aunque también por cáncer.
Según las conclusiones hechas públicas por parte de los investigadores, el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares aumenta entre un 12 y un 13% entre las personas consumidoras habituales de fritos con respecto a los que no.
Por lo tanto, comer fritos es peligroso para la salud. Algo que ya sabíamos, pero que cada vez se confirma de una manera más precisa gracias a los avances y estudios que se llevan a cabo en este campo.
La buena noticia para todos nosotros es que estamos ante un inconveniente que se puede prevenir. De hecho, este factor de riesgo mortal por causas cardiovasculares se puede reducir con un cambio en el estilo de vida de las personas. ¿Cómo es posible? Básicamente con la reducción de alimentos fritos, la implementación de una dieta mucho más equilibrada y apostar por el ejercicio físico regular a lo largo de la semana.