Mindfulness: acercamiento a esta (no tan) nueva herramienta psicológica
El periodo vivido en pandemia ha sido la gota que ha colmado el vaso, pero ya veníamos desde hace tiempo viviendo una vida marcada por las distracciones que nos provoca la alta presencia de elementos tecnológicos. En estos tiempos tan digitales, permanecer concentrados durante un tiempo, depositando toda la atención en lo que hacemos, se ha vuelto misión imposible.
De hecho, según las estadísticas realizadas por diferentes organismos de salud mental, 11 minutos sería el tiempo medio que somos capaces de prestar plena atención a lo que hacemos. Pasado ese tiempo, o algo o alguien nos interrumpe o son nuestros propios pensamientos o nuestro deseo de comprobar el teléfono lo que nos desconcentra. Lo explica Gabriel García de Oro en su artículo, “no estamos acostumbrados a estar presentes en el presente”.
Nuestra mente vive en un constante estado de distracción o atención parcial que, aunque podríamos pensar que solo nos afecta en términos de “productividad”, está dando lugar a la generación de episodios de estrés y ansiedad: la sensación de estar a varias cosas a la vez nos produce una sensación de agobio que puede dar lugar a un trastorno patológico de ansiedad, al margen del malestar diario y constante que nos origina.
Y en este escenario es donde entra en juego el mindfulness, una de las herramientas más efectivas que existen para combatir y controlar la ansiedad que se ha convertido en una mezcla de terapia psicológica y actitud vital para estar mejor con uno mismo.
Principios básicos del mindfulness
El mindfulness es una práctica de meditación de origen budista que cuenta con muchos años de antigüedad, aunque es cierto que hace relativamente poco que se ha asentado en la cultura occidental.
El principio en el que se basa el mindfulness, también denominado “atención plena” o “plena conciencia”, es que no podemos vivir plenamente si carecemos de la capacidad de hacerlo en el presente.
Lo más probable es que tú mismo notes esa incapacidad para estar atendiendo plenamente a algo y lo cierto es que así es. En la mayoría de los momentos del día, estás pendiente de pensamientos relacionados con el pasado o con el futuro, prestando atención a solo una pequeñísima parte de lo te está sucediendo en tiempo real.
Las técnicas de Mindfulness están orientadas precisamente a eso, a reconocer lo que está pasando aquí y ahora, teniendo una actitud activa con el fluir de la experiencia tal cual nos está viniendo y sin enturbiarla con pensamientos que poco o nada tienen que ver con ella.
Principales beneficios del mindfulness
Resulta fundamental poder abordar los problemas de ansiedad mediante una terapia psicológica en la que se identifiquen sus causas para aprender a combatirla y evitar que se cronifique o dé lugar a problemas de ánimo y autoestima. Y para conseguirlo, en muchas ocasiones se recurre a las técnicas básicas del Mindfulness, ya que entre otros beneficios, esta meditación permite:
- Reducir los estados de ansiedad
- Fomentar la creatividad
- Analizar las situaciones cotidianas con mayor claridad
- Aumentar la resistencia emocional
- Disfrutar más plenamente de lo que está ocurriendo
Practicar mindfulness supone poner en práctica una serie de ejercicios que aunque pueden parecer sencillos, te ayudarán a conectar contigo mismo y entrenar tu capacidad de concentración presente.
Se trata de ser consciente de lo que pasa aquí y ahora sin que pensamientos de cosas pasadas o futuras, que nos pueden preocupar con más o menos sentido, se interpongan y te impidan disfrutar de aquello que te hace feliz. Recuerda esto para vivir una vida más plena y verás cómo los niveles de estrés y ansiedad disminuyen considerablemente.