Si sufres más sensibilidad dental en invierno, sigue estos consejos.
Si la presencia de caries en alguna pieza dental es, probablemente, la patología más común y que más pacientes sufren, la sensibilidad dental no se queda atrás. Es cierto que muchas personas la experimentarán de manera puntual, pero para aquellos que la sufren como enfermedad crónica puede convertirse en una tortura, especialmente en invierno.
Si es tu caso y sufres sensibilidad dental cronificada, te aconsejamos la lectura de este post en el que te contamos algunas buenas prácticas que te ayudarán a que este trastorno sea más llevadero ahora que el frío comienza a hacer su aparición en escena.
Cómo remediar la sensibilidad dental en invierno.
Así como en su día te contamos cómo cuidar el estado de tu salud bucodental en verano, hoy nos gustaría darte unos trucos parecidos pero centrados en el invierno y poniendo el foco de atención en la sensibilidad dental.
Es importante tener en cuenta que, muchas veces, más que el frío, es el contraste de temperaturas de interior y exterior lo que provoca episodios de sensibilidad dental. Pero al margen de este matiz, ahí van estas prácticas que resultan muy beneficiosas para todas las personas que sufren en invierno este problema de manera más acusada:
1.- Evita ingerir bebidas o comidas muy calientes cuando sientes frío.
Ya sabemos que es lo que te pide el cuerpo, pero la sensibilidad dental es una reacción provocada siempre por un estímulo externo, por lo que el dolor desaparece normalmente al retirar el detonante. En ese sentido, evitar las bebidas muy calientes cuando acabas de llegar a casa o cuando todavía estás en un ambiente fresco es fundamental para que el contraste de temperatura entre tu cuerpo y lo que te llevas a la boca no sea tan notable.
2.- Protege tu boca para que no se cuele el frío en ella.
La bufanda será tu mejor amiga este invierno si quieres reducir al máximo tu sensibilidad dental durante los días más fríos. Además, al resguardar y mantener esta parte del cuerpo más caliente cuando estás a la intemperie, el contraste al comer o beber será mucho menor aunque ingieras alimentos calientes.
3.- Prueba con las pastas dentales para dientes sensibles.
Estos productos no son mágicos, pero sí bastante efectivos para minimizar la sensibilidad bucodental. Ayudan a que los dientes sean menos sensibles, siempre que, por supuesto, mantengas una higiene adecuada y diaria, cepillándote cada día y utilizando también hilo dental y enjuagues a menudo. Existen también enjuagues específicos para personas que tienen este problema de manera continuada.
4.- Huye de los ácidos, los dulces y las bebidas gaseosas.
Determinados alimentos potencian o minimizan la sensibilidad de nuestra boca, ¡seguro que ya los tienes perfectamente identificados! En el caso del problema que hoy nos ocupa, tanto los cítricos como las bebidas con gas no son la mejor opción si estás pasando por un periodo de alta sensibilidad bucal. Por tanto, reducir su consumo (sin llegar a eliminarlo en el caso de las frutas ácidas, pues tienen otras funciones positivas) es más que recomendable.
5.- Utiliza cepillos de dientes de cerdas suaves.
No forzar la zona sensible es también una buena práctica, por lo que si usas un cepillo duro o incluso de grado medio es mejor que lo cambies por otro de cerdas suaves, que dañen lo menos posible la dentina que puede estar más expuesta si estás sufriendo un proceso de sensibilidad dental.
Estos consejos no van a hacer que desaparezca la sensibilidad de tus piezas dentales, pero sí harán que sufras menos episodios dolorosos y, en general, minimizarán las molestias y los calambres agudos tan desagradables que provoca la sensibilidad dental. Y si en un momento dado, el dolor te resulta demasiado intenso, no dejes de acudir a tu dentista en Mallorca para que compruebe que no te ocurre nada más y te prescriba la solución más adecuada.