¿Correr o caminar? ¿Qué es lo mejor?
Cuando una persona comienza a hacer deporte, siempre se hace la misma pregunta: ¿Correr o caminar? Una cuestión importante que hay que aclarar ya que existen muchísimos defensores de ambas posturas. ¿Cuál es la acertada? En el siguiente post nos gustaría arrojar un poco de luz a este asunto. ¡Comenzamos!
Lo primero que hay que decir es que ambos ejercicios son beneficiosos para la salud. Es por ello que habrá que elegir entre uno y otro. ¿Cómo? Básicamente fijándonos en aspectos importantes como pueden ser nuestras condiciones físicas, nuestro ritmo de vida o los objetivos que nos queramos marcar a corto, medio y largo plazo.
Correr o caminar, running or walking. No importa el idioma en que lo digamos. Al final estamos hablando de dos ejercicios físicos saludables y que pueden reportarnos muchos beneficios a nuestro organismo.
Correr o caminar: ¿Por qué deberíamos caminar?
Está comprobado que realizar caminatas periódicas de ritmo intenso durante al menos 30 minutos ayuda a reducir hasta en un 45% los problemas típicos del sedentarismo, como puede ser la obesidad, retención de líquidos o enfermedades cardiacas.
Según informa la Organización Mundial de la Salud (OMS), como mínimo se deben realizar 150 minutos de actividad física aeróbica. Es decir, dos horas y media. Esto implica que estamos hablando de 5 caminatas de 30 minutos de intensidad moderada.
Si nuestra capacidad física nos lo permitiera y el ritmo fuera más enérgico, se estima que con 20 minutos es más que suficiente.
Correr o caminar: ¿Por qué deberíamos correr?
Pero, ¿qué ocurre si queremos correr en vez de caminar? El running es una especie de fiebre que ha crecido de forma exponencial en los últimos años, arrastrando a un grandísimo número de personas. Según un estudio del Journal of the American College of Cardiology, correr a velocidad reducida (o trotar) puede ayudar a reducir el riesgo de mortalidad temprana en un 30%.
Además, se ha comprobado que la actividad física intensa pero de menos duración no implica mejores efectos que las moderadas más extensas.
Tampoco es cierto que correr a mayor velocidad o de forma más vigorosa tenga más ventajas que andar a paso ligero.
En último lugar, a la hora de decidir entre correr o caminar, hay que saber que el running implica algunos puntos negativos que no tiene el walking, como por ejemplo la mayor cantidad de lesiones, incluso en los deportistas más entrenados.