Estos son los efectos psicológicos del verano

Estos son los efectos psicológicos del verano

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El verano evoca descanso, sol, vacaciones, relax… Los efectos psicológicos del verano son reales y muy significativos.

Durante el resto del año, las obligaciones y las prisas nos mantienen en una especie de claustrofobia que se disipa con la llegada del verano. Sin embargo, no todos los efectos que nos produce la temporada estival son beneficiosos. A continuación te explicamos cuáles son estos efectos y cómo podemos trabajarlos.

 

Efectos psicológicos del verano más comunes

La exposición al sol es muy beneficiosa para el funcionamiento de nuestro cuerpo y nuestra mente, pero el verano y las vacaciones no siempre nos benefician. 

Suelen ser épocas en las que cambian las rutinas y eso puede afectarnos negativamente. Por otro lado, romper con lo habitual también es beneficioso. 

Por ello, lo más importante, es lograr un equilibrio que nos haga sentir bien.

Más reuniones sociales

  • En verano tenemos muchas más actividades en grupo, lo que puede desencadenar ansiedad social.
  • Para muchas personas, los encuentros sociales son gratificantes, pero para otras pueden ser motivo de agobio y angustia.
  • Mantener un nivel constante de energía social es complicado para quienes necesitan pasar tiempo a solas.
  • Aprender a declinar una invitación y elegir bien aquellas reuniones en las que nos sintamos cómodos es crucial para nuestro bienestar.
  • Después de un encuentro que nos haya agotado es importante descansar y recargar pilas.

Cambios en el estado de ánimo

  • Con la exposición al sol aumenta la serotonina, relacionada con el estado de ánimo y la felicidad.
  • Por otro lado, el calor excesivo puede producir fatiga e irritabilidad.
  • Procura mantenerte hidratado y a la sombra para evitar el agobio provocado por las altas temperaturas.

Cambios en la rutina

  • Para algunas personas, romper con la rutina es liberador, emocionante.
  • Para otras puede ser angustioso por falta de estructura y desorientación.
  • Los cambios repentinos afectan al sueño, los hábitos alimentarios, etc., afectando así al estado de ánimo.
  • Es importante que, aunque nos encontremos de vacaciones, respetemos ciertas rutinas que nos proporcionen estabilidad.

Presión social

  • Las redes sociales, las revistas, la televisión, etc., nos dicen que el verano es un tiempo para divertirse, estar en forma y socializar.
  • Estas expectativas pueden ser muy angustiosas si pretendemos cumplir con ellas como si fueran obligatorias.
  • La operación bikini, el cuerpo de playa perfecto o tener que hacer constantemente planes y viajes puede ser agotador.
  • El verano y las vacaciones son para disfrutarlos, pero como más te guste, no como dicte nadie.
  • Si te apetece quedarte en casa, quédate. Si quieres salir, sal.

Desconexión y descanso

  • Parece que durante las vacaciones no podemos estar quietos: hay que viajar, visitar, apuntarse a todo.
  • Descansar y relajarse es una parte muy importante de nuestra vida, igual de importante que mantenernos activos.
  • Descansa y desconecta para poder disfrutar al máximo cuando sea el momento. El equilibrio es la base de la salud mental.

 

5 recomendaciones para pasar unas buenas vacaciones

¿Creías que te íbamos a dejar sin consejos? ¡Claro que no! 

Te proporcionamos 5 recomendaciones para regular los efectos psicológicos del verano y disfrutar de unas vacaciones agradables y placenteras:

  • Improvisa, prueba algo nuevo: el verano es el momento ideal para probar nuevas experiencias, para explorar y experimentar aquello que durante el año no tenemos tiempo de descubrir.
  • Establece un horario, pero flexible: ve poco a poco, tu cuerpo necesita acostumbrarse a los cambios. Mantén los horarios, pero de manera flexible, sin olvidar las responsabilidades pero aumentando el bienestar. 
  • Mantén una dieta equilibrada: sabemos que en verano es complicado porque pasamos más tiempo fuera de casa y nos descontrolamos un poquito. Esto no es malo, siempre que sea la excepción y no la norma.
  • Haz ejercicio físico: junto con la alimentación, el deporte es la base del estado de ánimo. Procura continuar haciendo ejercicio aunque estés de vacaciones, pues la regularidad es la clave.
  • Tiempo para ti: las vacaciones son un buen momento para pasar tiempo contigo mismo/a. Es cierto que el volumen de relaciones sociales aumenta, pero puedes tomar la decisión de no acudir y disfrutar de un rato leyendo, descansando o haciendo lo que más te apetezca.


Los efectos psicológicos del verano pueden ser beneficiosos y agradables si logramos mantener el equilibrio. Mediante los consejos que te acabamos de proporcionar será muy sencillo lograrlo y disfrutar de tus vacaciones.